Chone (en su nombre indígena, Pechance o Pechonce), también conocido como Chone de Indias o Pueblo Viejo de Chone, es una ciudad del Ecuador, cabecera cantonal del homónimo cantón de Chone, situada en la Provincia de Manabí, a orillas del río Chone. Fue fundada como ciudad el 7 de agosto de 1735 bajo el nombre de La Visorreinal Santísima Villa Rica de la Bendita Providencia de San Cayetano de Chone desta Nuestra Nueva Castilla, en alusión a San Cayetano de Thiene y a la Ciudad de Los Reyes. El nombre de Chone en la actualidad formalmente se reduce simplemente al de Villa Rica de San Cayetano de Chone como debería constar en los documentos oficiales. Según la división político-administrativa de la República del Ecuador, es un territorio con categoría jurídica de Cantón con el mismo nombre de su río, ciudad y parroquia urbana. Entonces, existen: cantón, ciudad, parroquia urbana y río de Chone. En la ciudad se encuentran las principales instituciones y organizaciones del cabildo de Chone. Todo el Cantón se encuentra ubicado a lo largo de la mitad de la Provincia de Manabí; y es el eje geográfico político de lo que se conoce como la zona norte de de Manabí. Es un territorio próspero, con identidad propia y competitividad futura que comprende la conexión del eje productivo y comercial de todo el norte manabita que en realidad es la mitad de la provincia, además de ser una localidad que se consagra cúspide del folklore costeño en el Ecuador, principalmente de la Cultura Montubia Ecuatoriana. Como la consolidación de una entidad jurídica, es el cantón de mayor superficie a nivel provincial y un gran centro de producción de materias primas que son absorbidas rápidamente por la industria nacional e internacional, debido a la excelente calidad de sus cultivos originarios. En este Cantón sobresalen la siembra y cosecha tradicional de diversos frutos nutritivos del ámbito costeño; como cacao, café, plátano, yuca, maíz, entre otros.
Descubrimiento de Chone
El territorio de Chone fue descubierto por la tribu de los Caras, que llegaron por Bahía de Caráquez en el siglo VII, embarcados en balsas bordeando la costa del mar, estableciándose en la actual cabecera cantonal del Cantón Sucre (Provincia de Manabí), donde construyeron la ciudad de "Carán", gobernada por un cacique de nombre Shyris.
El espriritu expansionista, inquieto y colonizador de la tribu errante hace que esta explore las zonas existidas más adentro del estuario donde terminaba un río y comenzaba las playas y el océano.
Cuando descubrieron la presente geografía del Cantón Chone, ya habían explorado la mayor parte del territorio, ubicándose en las rivieras de los ríos Chagualú y Garrapata, donde construyeron la segunda ciudad indígena llamada Chonana, que estuvo representada por un jefe llamado "Chuno", el mismo que tal vez por razones de seguridad tenía su palacio en la cima de la Cordillera de Chagualú, vecina a la parroquia de Ricaurte, que a pesar de haber trancurrido siglos, exiten vestigios de lo que pudo haber sido una fortaleza o un palacio subtenrráneo, consistente en escaleras labradas en roca, miradores con asientos de piedra, orificios subterráneos profundos que salen de una cueva bastante grande a los miradores, observándose de uno de ellos; el valle formado por los ríos Garrapata, Santos y Chagualú.
Este lugar ha sido visitado siempre por estudiantes y personas que aprecian la cultura aborigen de los choneros.
La Travesía por Manabí de Pedro de Alvarado y el Descubrimiento de la Tribu Chonana.
El conquistador español de origen extremeño Don Pedro de Alvarado y Contreras, siendo Gobernador en la Capitanía General de Guatemala que en aquel entonces comprendía toda la vigente Centroamérica; nombrado por el Emperador Carlos V al mérito de sus campañas militares, inició una ruta de recorridos por los actuales territorios del Ecuador en 1534 cuando para entonces ya había recibido las noticias sobre la riqueza infinita de los Incas en leyendas, hazañas y mitos del Reino de Quito, comentados principalmente por todas las embarcaciones españolas que iban a su regreso desde el Perú a Nueva España durante el periodo de la conquista emprendido por Francisco Pizarro en el año de 1524 a las tierras del llamado Reino Birú que no era otra cosa que una parte del Imperio inca y de futuro sería el Virreinato del Perú.
Desde Puerto Iztapa, Guatemala; Alvarado salió con una pequeña flota compuesta por ocho navíos , en los cuales se embarcaron 500 infantes bien armados, 227 caballos y un número de indígenas de Guatemala, desembarcando a su llegada a Sudamérica en la Bahía de los Caras, recorriendo lo que ahora es Charapotó, en la circunstancia se encontró con una tribu muy rebelde y conformada por sus jerarquías y rangos sociales, llamada "Japotó", que hizo resistencia a las fuerzas de Alvarado, y este optó por vencer la rebelión indígena de la tribu que se resignó finalmente a la furia de los españoles, fundándola en nombre de Dios y de la Corona Española como "La Villa Hermosa de San Mateo de Charapotó"; de allí cruzó hasta hacer una estadía en la ahora conocida playas de La Boca-San Jacinto, arribando después a Jocay donde se hallaba residida una confederación politeísta de la Cultura Manteña o Cultura de los Mantas, saqueando e incendiando ese poblado situado allí; tomando entonces posesión de valiosísimos tesoros de la cultura existente que comprendía un botín de jarrones llenos de oro, plata, piedras preciosas, esmeraldas, etc. con el forcejeo de las fuerzas militares de Alvarado, a excepción de la tan comentada pieza de la diosa Umiña, además de otros tesoros que decían ser de mucha más importancia hechos de oro puro, tal como lo hiciere durante su primer arribo a Bahía de Caráquez pero sin éxitos materiales.
En Jocay que etimológicamente traducido al español quiere decir "Casa del Pez" o "Casa de los Peces" sometió a los habitantes indígenas con el miedo de la tecnología avanzada que ostentaba el sofisticado armamento español de aquel entonces, además de apresar al jefe de la tribu Lligua Tohallí que fue ahorcado por órdenes de Alvarado en la primera travesía por las afueras de Paján, pero muy cerca de la actual ciudad. De su toma de posesión en Jocay regresó nuevamente a Charapotó y a Bahía de Caráquez. Cuando llegó un poco más al Sur en Jipijapa o Xipixapa donde un grupo de españoles impresionados por la riqueza agraria de la zona que los alimentó algún tiempo la denominaron primeramente "La Villa de Oro de Xipixapa" sin ningún compromiso ligado al requerimiento de una verdadera fundación española como lo fue la oficial de Charapotó, recorrió además Paján que se llamaba en aquel tiempo Pipai, la apodaron "Tierra de las Golondrinas" porque en el sitial abundaban golondrinas que llegaban de manera temporal debido a los cambios de estación, periodo de gestación o apareamiento, etc. y más tarde descubrió el Río Daule más hacia el oriente. En la deriva de sus planes retrocedió hasta alojarse nuevamente en los bosques de Paján donde mantuvo una estadía algún tiempo quizás como lo ha sido siempre la típica estrategia española de vanguardia para no cansar a las tropas en el campo de batalla durante la ruta de exploración.
Lo relacionado con Chone sobre Don Pedro de Alvarado se llega a deducir porque fueron sus fuerzas quienes subieron hasta la ahora zona norte de Manabí por lo que es ahora el Cantón Tosagua donde vivía la Tribu "Tosahua", dejando residiendo allí a uno de sus Lugartenientes, Luis de Moscoso junto a 30 españoles y varios indígenas de descendencia centroamericana, recorriendo más hacia arriba las montañas de la campiña donde se encontraban asentadas las Tribus Chonanas, sin haber por lo menos tomado en cuenta la existencia de Caseríos nómadas en la zona; posiblemente entre los meses de Marzo y Abril del año 1534. Al recorrer la zona septentrional de Manabí, Alvarado se perdió en la selva pantanosa, calurosa y húmeda chonana de la que hasta ese tiempo no se tenía un registro oficial conocido; organizando a los grupos de exploradores para realizar una expedición más profunda por dichos lugares que todavía no tenían rastros de indicio, posiblemente la ruta de trazo del encuentro fue en algún sitial del actual Cantón de Flavio Alfaro.
Entonces el Capitán Luis de Moscoso y Alvarado se dirigió un poco hacia el sur, descubriendo allí a la "Tribu Chonana" que para aquel entonces era una civilización independiente y autónoma cuyos dominios y asientos se extendían desde la desembocadura del actual río Chone hasta los sitiales de "El Maicito" y "El Mayal" en los actuales Cantones de Flavio Alfaro y El Carmen.
Moscoso se estableció en Chonana para recoger víveres que estaban haciendo falta en la expedición y tomó prisioneros a unos indios para sacarles información sobre el camino que las haría arribar a Quito.
Si las circunstancias hubiesen dado a conocer otras ambiciones y expectativas de rumbo, entonces Alvarado fuera uno de los más célebres conquistadores de América que hubiera fundado Chone, pero su impaciencia por llegar a Quito como primordial objetivo y ansia de conseguir beneficios materiales u oro para los intereses suyos y del Rey de España lo agobiaron en el largo plazo de su diligencia, arrebatándole de tal manera a los habitantes de la actual Chone el deseo simbólico de elevación a jurisdicción de nuevo territorio en el Ecuador actual, incluso un año antes de que por órdenes de Don Diego de Almagro, Francisco Pacheco fundase la Villa Nueva de San Gregorio de Puerto Viexo.
Chone hubiera sido una de las primeras ciudades fundadas por los españoles en el Nuevo Mundo, ya que para la actualidad hubiera tenido eso más que un significado histórico, sino también político, geográfico y muy logístico al orgullo de los orígenes indohispanos. Por consiguiente Alvarado siguió su viaje por la zona Norte de Manabí atravesando los actuales territorios del Cantón El Carmen y cruzando la cordillera; llegando a la pequeña población serrana de Nono (Provincia de Pichincha) a pocos kilómetros de Quito.
Como Alvarado anduvo perdido en las provincias del litoral durante los meses de Febrero, Marzo y Abril, sufrió las molestias de las lluvias de invierno, cuando en la costa los llanos y todo el suelo en general se convierten en anegadizos y pantanos intransitables junto al irresistible calor ardiente de esa etapa estacionaria; y saliendo a la planicie interandina, en Agosto, pasó la cordillera precisamente en la época de los mayores vientos y de las más fuertes nevadas.
Alvarado fue el primer español en recorrer junto a una tripulación las selvas del norte de la provincia de Manabí, para llegar hasta Quito; además indirectamente su ambición y curiosidad lo llevó a descubrir y trazar los primeros caminos disimulados de la carretera Chone - Quito, que "Los Raidistas" (choneros) finalizarían trazando finalmente.
Ya desde el comienzo de la conquista se tomó la hoya del río Chone como el camino más corto pra llegar a Quito, establecido uno de los mismos, en los lugares de descanso que llevaron a denominar al sitial como San Lorenzo, ubicado donde ahora se encuentra el extremo noroeste de la actual ciudad, llamadas ahora "El Vergel" y "Loma de de Los Muertos".
Otro punto o lugar de descanso fue el sitial conocido como Chuno, ubicado en el margen derecho de los ríos Garrapata y Chagualú, construido sobre las ruinas de la de la antigua ciudad indígena de Chonana.
El camino hacia Quito trazado por los expedicionarios españoles, fue el mismo que dajeron definido los Caras y los Chonanas en sus relaciones comerciales con el resto de tribus en la parte oriental del litoral ecutatoriana y la parte occidental de la región sierra.
Este camino por encontrarse más cerca de la ciudad de Quito y de Panamá, fue un atajo principal que emprendieron las embarcaciones de españoles que llegaban a Bahía de Caraquez en las expediciones y viajes hacia el norte.
No cabe duda que el camino que se definía desde los asentamientos chonanas, no cumplía exactamente una ruta comercial bien definida, debido a que la falta de señalización de caminos y la austera y complicada travesía que se había incrustado al seguir porque se consideraba agotable y desconocida para entonces.
Fundaciones y Relatos.
La jurisdicción administrativa de la época Prehispánica hacia 1489 según el historiador y sacerdote quiteño Juan de Velasco en su obra "Mapa del Antiguo Reino de Quito" la ubica como un caserío indígena llamado Pechance subordinado en aquel entonces al Reino de los Caras que en aquella época comprendía los territorios de la actual Provincia de Esmeraldas, Norte y Centro de Manabí, parte de la Provincia de Pichincha de la recién creada Provincia de Santo Domingo de los Tsáchilas.
Las leyendas y hazañas indígenas de este periodo dieron como resultado a la posibilidad de encontrar un verdadero sitial para esa población que rindió durante mucho tiempo honores y homenajes a un jefe indígena que se llamaba Chuno (quizás suposición o teoría aunque sí afirmación); pero se desconoce hasta hoy la herencia, legado o alusión de este indígena que en suya persona se dio nombre y apellido a la ciudad, incluso el significado de la palabra; aunque se supone que dio a estas tribus triunfos épicos en épocas remotas, es decir una especie de identidad propia y distinta con otras tribus.
Por esta época era conocida su población como la Tribu de los Chunos o Chonos, al igual que la Ciudad o Tierra de los Chonanas quizás un sustantivo gentilicio de la palabra Chuno, un derivado gramático o simplemente una descendencia gramática de la tribu con afinidades territoriales con la que se acuñó dicha terminología.
El relativo español de la palabra Chuno se hizo Chione con la supuesta fundación española del 7 de agosto de 1735 aunque el sabio y científico riobambeño Pedro Vicente Maldonado escribe y ubica el nombre de la Ciudad como ha sido hasta hoy preservado por primera vez en su obra "Carta Geográfica de la Real Audiencia y Cancillería de Quito" o Carta Geográfica de la Provincia de Quito; quizás Chione, este nombre fue un error ortográfico o lingüístico del entonces Presidente de la Real Audiencia de Quito Don Dionisio de Alcedo y Herrera que presentó en Lima al Virrey del Perú Don José de Armendáriz y Perurena Primer Marqués de Castelfuerte una lista de los poblados ya existentes en toda la zona de la entonces costa quiteña desde Pasto hasta Tumbez y Paita; y después a finales del siglo XVIII ya aparecía como Chone aunque en el mapa de 1779 diseñado para el Rey Don Carlos III de España por el Gobernador de Maynas e Ingeniero Francisco de Requena quien fue el primer Comisario Real de Límites no se nombra la existencia del caserío, (Chone) de esta palabra ya codificada que en la lengua española moderna derivan los gentilicios: Choneros, Chonenses, o Choneños a la cual se refiere a aquellas personas nacidas en esa ciudad.
Durante el proceso del coloniaje español Chone no jugó un papel importante y estratégico para la Corona Española, puesto que nunca fue un regimiento militar, un sitio de reencuentro especifico entre conquistadores, gobernadores, etc., o más aún un lugar desde donde se asentasen las legislaciones y leyes de la Corona para beneficio propio, todo debido a la inestabilidad del lugar, selvático, húmedo, caluroso y demasiado drástico, más bien fue un acertijo o u punto de transito de los viajeros que iban de Quito a Panama o vicevrsa.
Simplemente fue una delimitación geográfica no tomada nada en cuenta en aquel entonces por las autoridades de la época, esto ocurrió durante la Fiebre de la Leyenda de El Dorado que llevó a los conquistadores como Francisco de Orellana a descubrir y realizar expediciones en el Río Amazonas, y tierras vírgenes aún sin descubrir fundándolas en nombre de Dios y del Rey de España; es decir Chone no adquirió un reconocimiento de ascendencia plenamente socio-político sino hasta finales del Siglo XIX cuando se produjo su cantonización y el siempre recordado Boom Cacaotero, ya que en aquel entonces Chone exportaba el mejor Cacao de aroma y sabor del mundo a Europa, Asia y Estados Unidos.
Respecto de la época colonial Chone más bien era todavía una especie de caserío nómada limitado a las difíciles y complejas circunstancias geográficas del lugar y zona que siempre estuvo asentada a orillas del río que lleva su mismo nombre, sometido siempre a las disposiciones de congregaciones religiosas que actuaban con feudos derechos en nombre de Dios y la Corona de España. Quizá no hay indicios de cómo fue el proceso de evangelización en Chone, pero esa duda la desmiente su fundación como parroquia eclesiástica por un Cura auxiliar de la entonces Villa Nueva de San Gregorio de Puerto Viejo Fray Antonio Cedeño y Macías un 7 de agosto de 1735.
La estabilización de la población de Chone no se asentó definitivamente hasta después de su fundación eclesiástica ya que el latifundio no se hizo sentir hasta finales del siglo XVIII cuando la entonces Gobernación y Tenencia de Santiago de Guayaquil dispuso el reordenamiento de sus territorios respecto de otras gobernaciones pertenecientes a la Real Audiencia de Quito con la Gobernación y Tenencia de Atacames. Según la obra "Chone Viejo" cuyo autor es el reconocido historiador de la Ciudad Sr. José Vidal Hidrovo quien ostenta en posesión todos los documentos legales relacionados con Chone desde la conquista española hasta la edad contemporánea, afirma que el origen de la ciudad data del siglo XV, lo que es concretamente cierto ya que el mapa y las descripciones del sacerdote Juan de Velasco desmiente esa posibilidad remontándose casi un siglo antes de la llegada de los españoles y denominándole Pechance (desconocido el significado de esta palabra por ahora) al sitio o localidad que ahora se conoce como Chone.
El libro determina que el primer asentamiento o población de origen español se radicó a pocos kilómetros de la desembocadura del actual Río Chone.
El historiador cita a unos relatos del año 1534 hechos por Don Ruiz de Estrada durante plena posesión de estos territorios por los conquistadores y travesía de Pedro de Alvarado en la que define una exploración al actual río Chone y dice: El Río como una legua de ancho por lo menos, ya que en aquella época se le dio el nombre de Río Caráquez, mientras que en otra párrafo lo describe como: río caudaloso y de entrada fácil para grandes naves, lo que sería como un acertijo para lo que se vendría con el Boom Cacaotero. La primera denominación hispana del cantón fue "Pueblo Viejo de Chone"; por no estar fundada bajo ningún rango o jerarquía especifica política o religiosa, tal como sucedió legítimamente con las fundaciones de Portoviejo.
Lo referido a diferentes asentamientos y mudanzas fue un problema de plenitud y circunstancia para los pobladores de aquel tiempo que verdaderamente adhirieron sus dificultades y necesidades cotidianas en manos del destino que les tocase vivir debido a la inestabilidad climática, carencia de vialidad por caminos vecinales y ausencia de suficientes víveres como los alimentos, la vestimenta y los animales de crianza, ejemplo muy similar respecto de las fundaciones de Guayaquil. Hidrovo define que también existieron asentamientos humanos en Chagualú, que se llamó Chuno.
Otro indicio advierte que hubo un Chone en El Palmar que en aquella época era un pantano silvestre habitados por abundantes lagartos, mientras que finaliza refiriéndose al último Chone fundado como "San Lorenzo de Chone", entre los sitios de EL Vergel y Lomas de los Muertos, que actualmente todavía existen; la coincidencia geográfica con el mapa de Pedro Vicente Maldonado adquiere más relevancia de reconocimiento puesto que este científico riobambeño fue el primero en actualizar para el Virrey del Perú los nombres de poblados y caseríos existentes en la zona sur de la Gobernación de Atacames, de la cual Chone hacía parte.
Hidrovo habla de los comentarios que se transmitían de generación en generación dando a conocer que el legítimo pueblo de Chone deriva de la parroquia de San Antonio (tal como lo decía su padre) lo que coloca en suposición el traslado continuo del asentamiento como una comunidad nómada frecuente.
Entonces según el mapa de Maldonado que fue terminado a un año de sucedida su muerte en 1750 y codificado en 1735, por los viajes que realizara por estas tierras para recibir a la Misión Geodésica Franco-Hispana o Franco-española determina que existe una leyenda que decía "Pueblo Viejo de Chone" existido en el mismo punto que es ahora el caserío de "La Playita" en la parroquia rural de San Antonio.
Cabe recalcar que legalmente el responsable de la fundación de Chone fue el entonces Virrey del Perú que actuó con auspicio del reinado de Felipe V. Sería fácil de razonar que la fundación de Chone fue una difícil y complicada tarea gubernamental principalmente debido a la falta de comunicación, de recursos monetarios y humanos, la falta de señalización de caminos y la amplia dificultad que existía para poder interpretar un mapa de guía que solo una persona letrada o estudiada podría identificar sin ningún problema.
Los lemas reglamentarios de la Casa de Española de Borbón fueron en un principio caracterizar la reducción y mantener la austeridad para reconfortar de a poco la Real Hacienda Española, El Real Tesoro y las Reales Arcas de los diferentes gobiernos que controlaban el Imperio español de Ultramar por todas las latitudes y partes del mundo, para poder solventar esos tributos en beneficios exclusivos de la corona y las instituciones que la conformaban.
Orígenes Etimológicos.
Se podría decir que la palabra Chone es un relativo y epitafio de la palabra Chonana, puesto que se designa el significado del nombre del cantón con la denominación "CASA ARDIENTE", CHOM es igual a Casa, y NANA equivale a la palabra Ardiente.
El auténtico nombre en español y terminología actual Chone, deriva de un vocablo indígena nativo de la misma zona donde actualmente se edifica la geografía del cantón, en el mérito alusivo a la jerarquía indígena suprema que dominó esa localidad por siglos (El Jefe Chuno).
Según el Libro "Chone Viejo"en los lugares donde se asienta la actual jurisdicción político-administrativa de Chone residieron dos tribus o civilizaciones indígenas nómadas: los Chonos o Chonanas y los Ñausas, ambas posiblemente tendrían descendencia centroaméricana y caribeña debido a la presencia gramática y fonética reiterada del uso de la consonante "CH" en sus vocablos comunes.
La etimología chonense se origina en el lenguaje de las tribus que habitaron estas zonas en pequeños caseríos, por lo cual la palabra Chone, traducida al español significa "Casa Ardiente" en la formación gramatical y lingüística de un resumido relativo, posibilidad de traducción que nunca fue descartada porque el significado consolida uno de los carácteres globales más notables del cantón (El Clima); es decir la afirmación del segundo significado que resultó siendo adjetivo "Ardiente", delata la calidez y humedad del lugar en los que se radicaron dichos asentamientos inestables.
Los Chonanas y Ñausas incluyeron en sus vocablos la lingüística de culturas precolombinas provenientes de Centroamérica debido a la relación comercial que se mantenía con aquellos pueblos, que para la época eran respecto del mundo indígena los más avanzados de toda la era prehispánica en muchos aspectos de organización como los culturales, sociales, científicos, económicos, jurídicos-jerárquicos, etc.
Las dos tribus ya citadas bautizaron su lugar definitivo de asentamiento como Chone o Tierra de los Chones quizás hacia el siglo XV, y también estaban muy relacionados comercialmente en reciprocidad dentro de lo que hoy es Ecuador con sus similares "Daulis", en la Provincia del Guayas, ya que los nómadas choneros realizaban contactos comerciales frecuentes por medio del actual Río Chone, que los trasladaba a lo que actualmente es el Cantón Pichincha (Provincia de Manabí), y desde allí a lo que ahora comprende el Cantón Daule (Provincia del Guayas).
Para el sacerdote quiteño Juan de Velasco, según su magnifica obra artística, inspiradora y prodigia de un gran valor y aportación a la identidad de los orígenes que residieron en lo que hoy es Ecuador fue llamada por sí misma "Mapa del Reino de Quito" o "Mapa del Reino de los Quitus" que no fue publicada sino hasta 1942 por el profesor Don Juan Morales y Eloy en su obra cartográfica "Ecuador: Atlas Histórico y Geográfico" cuando se dirigió a armar el mapa deducido gracias a las descripciones de los viajes e investigaciones, argumentos, etc. de Juan de Velasco en el siglo XVII.
En el mapa consta Chone como Señorío indohispano de Pechance o Pechance, en un paréntesis con letras grandes donde se resalta el nombre de la actual ciudad, la zona norte de Manabí se encuentra teñida de color amarillo, mientras que la parte sur y parte de la central se especifica muy notable el Señorío indohispano de Cancebí, lo que corresponde al actual Cantón Portoviejo pero teñido de color verde profundo.
La obra de Velasco constituye la relación y vínculo de los pueblos aborígenes distinguiendo a paso por ubicación y estadía el nombre de cada uno de los asentamientos o tribus que dieron lugares a la propio nacimiento de la identidad histórica ecuatoriana que se remota a las culturas milenarias y periodos de desarrollo y mejora que obtuvieron con el paso de los siglos.
El año citado es 1489 donde Velasco ubica a cada asentamiento el nombre de cada sitio concentrando los poderes políticos indígenas de cada reino que cada uno propiamente era dependiente de tribus independientes o confederaciones autónomas conformadas, colocando a Velasco como el precursor de la historia de todos los ecuatorianos hasta nuestros días.
Lo reseñado por Juan de Velasco, es otro de los argumentos esgrimidos por el escritor y luchador por la Provincialización de Chone Mar Pacífcio Cedeño Mendoza; de que tanto desde la época aborigen, en la colonia y en la Gran Colombia, Chone y el Norte del actual Manabí, siempre fue distinto del centro y Sur; y que ésta circunstancia de "unidad" política administrativa de Manabí centro-sur con el Norte, solamente ha servido para favorecer a los unos en perjuicio de otros; pues su identidad étnica histórica es totalmente distinta.
A pesar de que el tema sobre la etimología de Chone sigue en discusión existen dos teorías fuertemente consolidadas; una que es la abreviada que se evoca a partir del significado relativo con la conjugación de Chonana y la otra teoría es la traducida o descriptiva que se basa solamente en la conjugación deribada de la palabra Chones que significa CASA DE ACÁ o CASA DE AQUÍ.