El Compa Pato es el hombre del millón de plantas

Patricio Zambrano Romero, El Compa Pato como cariñosamente le dicen sus amigos, tiene 52 años de edad, y es el encargado del cuidado y tratamiento de todas las plantas que se encuentran en los parques de la ciudad de Chone y sus parroquias rurales.

Él comenta que no tiene horarios al momento de trabajar, pues considera a las plantas parte de su familia, dice sentir un vacío sino conversa a diario con ellas; mientras recuerda que en toda su vida ha cultivado alrededor de un millón de plantas desde la edad de siete años cuando nació en él la pasión de sembrar todo tipo de árboles entre maderables y ornamentales, explicó.

Este agricultor, peludeño de nacimiento, pero radicado en el sitio Pavón de la parroquia Ricaurte recuerda que lleva trabajando en el Municipio de Chone 25 años, y se considera un apasionado y amante de la botánica, el cual se autodenomina el médico de las plantas, pues se preocupa constantemente si las mismas se enferman o son maltratadas por la ciudadanía del cantón.

Zambrano, además de darle un cuidado al área verde también le realiza constantemente un control fitosanitario que consiste en estudiar si la planta no tiene hongos, mientras realiza el control manual de la maleza, pues rechaza los químicos que dañan el ambiente.

Al preguntarle que sentirá el día en que tenga que dejar a sus compañeras diarias, relata que en su corazón sentirá una profunda nostalgia, pero que nunca se desvinculará de la naturaleza, pues las lleva en su sangre, indicó.

Patricio, mientras realiza la poda de algunas de sus plantas recuerda que el periodismo deportivo es otra faceta que le apasiona, y que lo toma como un hobbie que realiza en sus tiempos libres, para hacer las coberturas a través de una radio local.

Su voz se torna un poco enérgica cuando explica que los habitantes chonenses no tienen cultura ambiental, y que no le dan el debido cuidado a las áreas verdes que él con esfuerzo cuida a diario, y sugiere a la vez que el respeto por el ambiente natural debe de empezar desde la casa y reforzarse en las aulas escolares.

Termina su jornada de la mañana leyendo las poesías que él mismo escribe sobre los árboles y manteniéndose firme en que desea dejar su legado para que la naturaleza y el cantón no pierdan el embellecimiento por el que tanto ha trabajado, afirmó este apasionado y enamorado de las plantas.

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